miércoles, 21 de noviembre de 2007

Moguer, cuna de navegantes

A la orilla del Océano Atlántico y en la desembocadura del río Tinto, duerme cada noche Moguer, el pueblo onubense del que partieron las tres carabelas hacia el descubrimiento de América y cuna de uno de los dos premios Nobel andaluces: Juan Ramón Jiménez.

Desde el neolítico, la ciudad de Moguer fue poblada, como así confirman los restos de dicha época, para que más tarde fueran pobladas por fenicios y romanos. Como toda casi toda la península, cayó en manos de los bárvaros y luego de los árabes, para en 1240 ser reconquistada por la Orden de Santiago. Como la mayor parte de las poblaciones occidentales, la vida giraba en torno a la institución católica, y en el caso de Moguer, de los conventos de clarisas de Santa Clara y de los franciscanos del Corpus Christi. Su desarrollo económico fue parejo al de casi toda Andalucía: las manos cayadas de los campesinos y de los marineros.

El descubrimiento de América

El puerto de Moguer cobró aún más importancia a partir del reinado de los Reyes Católicos cuando le concedieron a la ciudad un seguro para que los barcos provenientes de Europa, Canarias y África. Así, en la ciudad onubense fue donde se construyó La Niña, una de las tres naves que zarparon en el descubrimiento de América, y además fue una de las localidades que más marineros aportaron al viaje. Cobra importancia el Convento de Santa Clara en la historia del descubrimiento de América por su abadesa, Inés Enríquez , prima de Fernando el Católico y amiga y uno de los principales apoyo de Colón. El descubridor de América se encomendó a la virgen de dicho convento para salvarle de la peligrosa tormenta que casi impide el regreso de la Victoria y de la Niña a tierras andaluzas, y por su salvación, realiza los votos colombinos en Moguer, una tradición mantenida hasta el día de hoy. Con el descubrimiento de América, Moguer cobra más importancia por el comercio con las nuevas tierras. Con la debacle de la monarquía llego la debacle económica a toda la Península, y Moguer no fue una excepción. La industria de jabones, pan y ladrillos, reactivaron la economía de la ciudad, pero la economía de Moguer ha tenido siempre altibajos, como luego con el cultivo de vid y ahora el del fresón (aunque actualmente el fresón no tiene caída), del que se cultivan casi el 50% de las fresas producidas en Huelva. No podemos olvidar dos importantes hechos de la historia de Moguer: el terremoto de Lisboa, que repercutió en toda la provincia onubense, y la lucha por la capitalidad de la provincia frente a Huelva, que finalmente se llevó esta ciudad.


Navegantes y Juan Ramón Jiménez

De Moguer debemos destacar el gran número de personalidades relacionadas con el mundo náutico y con el descubrimiento de América, pudiendo destacar los hermanos Niño, Alonso Vélez de Mendoza, Diego García de Moguer, Juan Ladrillero, Bartolomé Ruíz, Luis Hernández-Pinzón Álvarez y los marineros del primer viaje de Colón, como Alonso de Morales, Maestre Alonso, Bartolomé Roldán, Diego Leal, Francisco García Vallejos o Luis de Torres. Pero también fue mundialmente conocida Moguer por ser el lugar de nacimiento de Juan Ramón Jiménez, premio Nobel de Literatura en 1956 y que hizo a la ciudad famosa por ser el escenario su obra más famosa, Platero y yo.

"Oí cantar un fandanguillo
cuando pasé por Moguer;
tenía duende y dejillo
y hablaba yo no sé qué
de un hombre y un borriquillo".

(Fandango popular)

1 comentario:

Flamenco dijo...

Bonito y sencillo fandango típico, hacía tiempo que no lo oía :D