martes, 4 de diciembre de 2007

4 Diciembre, XXX Aniversario


Hoy, 4-D, un día que para muchos andaluces no deja de ser una fecha más, anestesiados por la plutocracia, cansados de los políticos, de los poderes y de las oposiciones a lo Buster Keaton. Para muchos jóvenes, también es un día normal, en sus clases apenas atienden y tienen ganas de irse a casa, y pronto queda el puente de la Constitución; también la culpa es de la Consejería de Educación, donde no se presiona para que los andaluces estudiemos la historia de Andalucía. Pero para otros muchos, el 4-D supone uno de los días grandes de Andalucía, el día en que más de dos millones de personas en toda nuestra tierra salieron a la calle de las principales ciudades para luchar por nuestros derechos, unos derechos arrebatados por el centralismo y que desde el centro se nos querían negar a pesar de que a otros pueblos del norte les dieron todos los privilegios (¿verdad Navarra?), esta es la España de la igualdad que dicen los políticos de la derecha, la España solidaria. El 4D, el día del pueblo andaluz.

Convocada por todos los partidos políticos andaluces a excepción de UCD, convocaron una manifestación para acceder a la autonomía por el artículo 151, el artículo de las comunidades históricas y por el que se dan más competencias a una comunidad que si accedía por el 143. Andalucía no era una comunidad histórica por no haber podido tramitar su Estatuto antes del golpe de Estado de Franco. La respuesta de la población andaluza fue como tuvo que ser: multitudinaria. En Sevilla más de quinientos mil manifestantes, cincuenta mil en Málaga, más de cien mil en Granada, ochenta mil en Huelva y Córdoba, setenta mil en Cádiz, también en Jaén, diez mil en Almería, Ronda o el campo de Gibraltar y más de un cuarto de millón en Barcelona, todos aquellos emigrantes andaluces que tuvieron que ir a las industrias catalanas, se manifestaron por sus raíces, por su tierra. Los manifestantes no iban solos, iban adornando las ciudades andaluzas del blanco y verde, blanco de paz y verde de esperanza como reza la letra de nuestro himno.

Lamentablemente, la manifestación acabó cayendo sangre andaluza por las calles de Málaga, el joven García Caparrós fue asesinado a manos de policías en la manifestación de su ciudad. Un asesinato sin castigo y un asesinato que ha sido olvidado por las autoridades andaluzas y por gran parte del pueblo, un nuevo mártir de Andalucía, de la nación andaluza, treinta años pasaron, pero tu nombre quedará en nuestra historia. El asesinato vino a manos de la diputación de Málaga, que se negó a poner la bandera andaluza en el edificio, ondeando solo la española. Un joven trepó y cambió la rojigualda por la arbonaida; acto seguido las fuerzas de seguridad (esas que están para proteger al pueblo, pero protegieron al presidente de la diputación frente a cincuenta mil manifestantes...) comenzaron a cargar y a lanzar botes de humo, amén de disparar a los manifestantes, y así fue como murió Caparros.

Cabe destacar también el papel de la UCD, en esos momentos en el poder y en contra de Andalucía, no solo para no darle la autonomía y el reconocimiento como nación histórica, sino que además deseaban separarla, intentando provocar enfrentamiento entre Jaén, Granada y Almería contra Andalucía en general y Sevilla en particular. UCD quería que Andalucía no tuviera una voz fuerte, quería una Andalucía oriental y una occidental, pero el pueblo andaluz no se amilanó y consiguió echar a esos fantasmas de la separación.

Lamentablemente, treinta años después solo podemos recordar esta fecha, Andalucía se encuentra como antes de esa manifestación: atada y vasalla, pero además narcotizada y sin un futuro esperanzador, aceptando todo lo que diga Chaves (ya sea pedir menos dinero si está el PSOE en el gobierno central por la deuda histórica, ya sea eliminar medio campo andaluz por orden de Bruselas para que otros tengan más ganancias). Por eso, Andalucía, recuerda lo que fuiste, recuerda que hiciste y ¡¡levante!!





Era un cuatro de diciembre
cuando tomamos la calle.
Era un cuatro de diciembre
cuando dijimos que verde y blanca
era nuestra sangre.

Andaluces levantaos,
desde el trigo hasta la mar.
Un cuatro de diciembre
luchamos por nuestra gente,
España y la humanidad.

Días de guerra,
de fascistas en la acera
rezando a su dictador.

Tarde de espanto
Málaga entera llorando
mataron a Caparrós, Caparrós.

Y las cadenas,
cayeron nuestras cadenas
y bailaron las estrellas,
suspiraron los abuelos,
no había ya en el mundo entero
un batallón que nos pudiera.

Y las cadenas,
y el sudor de nuestra frente,
tó pá los terratenientes
pá que hicieran la faena.

Rojos contra la pared,
Blas Infante por los muros.
No al 143, si al 151.

¿Cómo se puede olvidar?
Veinte Treinta años de libertad,
libre, libre, para siempre,
qué bonita Navidad
de aquel cuatro de diciembre.

Los piratas,
comparsa de los Carnavales de Cádiz en 1998



Raza Mora

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por el artículo. He reconocer que no conocía este capítulo de la historia de Andalucía.
Tengo la sensación de que tratan de hacernos olvidar, de evitar que recordemos nuestro pasado, el pasado de este pueblo que, aún hoy, carece de libertad.
"Andalucía, recuerda lo que fuiste, recuerda que hiciste y ¡¡levanta!!"