El origen de la ruta tiene un tono histórico-bélico, pues se sitúa entre el último reino árabe y zona cristiana desde donde lanzaban ataques al reino granadino y donde estos los rechazaban. Por eso, ambos bandos construyeron a lo largo de kilómetros torres, atalayas y demás edificaciones militares con las que poder tomar buenas posiciones para la defensa y el ataque. De estas edificaciones ha quedado importantes vestigios como las torres Candela, Iznalloz o Deinfontes o castillos como los de Combil, Montejar y Piñar. Sin embargo, también se puede disfrutar de algo menos belicoso y más agradecido como son los baños árabes de Jaén y de disfrutar de los alimentos típicos de estas dos provincias andaluzas, pudiendo disfrutar especialmente del aceite virgen y de las aceitunas de Jaén.
Pero no solo de la mano del hombre podremos disfrutar en esta ruta, sino también de la madre naturaleza. La Sierra de Andújar, Despeñaperros, Sierra Mágina o Sierra Nevada, campos de olivos y valles en los que el tiempo parece no existir o la cuna del Guadalquivir, lugares que merece la pena visitar y por los que discurre nuestra ruta. Los bellos paisajes naturales deben ser visto a pie o en bicicleta, dejando postales en la retina que jamás se olvidarán.
La ruta de los nazaríes pasa por los siguientes pueblos: Navas de Tolosa, La Carolina, Baños de la Encina, Bailén, Mengíbar, Andújar, Arjona, Porcuna, Torredonjimeno, Martos, Torredelcampo, Linares, Úbeda, Baeza, Jódar, Jimena, Mancha Real, Jaén, La Guardia, Cambil, Huelma, Guadahortuna, Píñar, Iznalloz, Deifontes, Albolote, Maracena y Granada. (La ruta tiene dos ramales y es interesante hacer los dos).
Ruta de los nazaríes, Fuente: Legado Andalusí
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